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Patrimonio natural e histórico de Niebla

Estero La Huairona

Patrimonio natural e histórico de Niebla

Publicado el 14/11/2017
Pedro Usauro Martinez, 1784. Indica "la campiña", humedales en torno al estero La Huairona
Pedro Usauro Martinez, 1784. Indica "la campiña", humedales en torno al estero La Huairona
Olvidada y mal atendida, el Estero La Huairona fue el eje de la vida en Niebla, tanto en su época prehispánica como en la cotidianidad del Castillo de la Pura y Limpia Concepción de Monforte de Lemos. A sus pies había minas de hulla y una fábrica de ladrillos, además de contribuir a la alimentación (pesca), obtención de agua y posible cementerio mapuche.

Eje ordenador de la localidad costera de Niebla, el estero y hualves de La Huairona sobrepasa el valor ecológico de su humedal, emergiendo en todo su carácter histórico y patrimonial. Denominada como Huayrona, Huairona y Guairona, apela siempre a una palabra peruana que denota trabajo de minas u hornos de carbón.

Desde la comunidad se ha solicitado al museo difunda sus investigaciones y trabajos asociados a la puesta en valor del estero y los restos arqueológicos asociados a ella, ya que se encuentra en un estado deplorable, muy contaminada y rellenada ilegalmente. El Museo de Sitio ha realizado diversas actividades desde el año 2002 para contextualizar su importancia histórica y ecológica, contemplada en el Plano Regulador aún vigente, justificado en los restos arqueológicos catastrados por profesionales en 1996, que lo convierten en Monumento Arqueológico protegido por Ley 17.288.

Escenario de historias que podrían remontarse hasta una época muy anterior a la llegada de los colonizadores europeos quienes, liderados por Pastene y Alderete, toman posesión del estuario en 1544, mucho antes de la fundación de la propia ciudad de Valdivia. Ellos señalan claramente, al igual que Jerónimo de Vivar, que el poblado estaba habitado por nutrida población, con grandes casas y amplios sembradíos. Llaman a esta población los "Ainil" y al lugar el Ainil Lebu o Parcialidad de los Ainil. El río asimismo es denominado en antiguos mapas como Ainiledos (Guarda, mapa de Gutierrez, 1562).

Cuando se instala el sistema defensivo de la bahía de Corral en 1645 (después del intento de colonización holandesa) y se refunda la ciudad en la isla de Mancera, Niebla es elegido por su posición estratégica, que cierra fuegos con Amargos y, sobre todo, por la "campiña" (como dirá el cronista Martínez de Bernabé en el siglo XVIII), lugar más que apto para el establecimiento de un poblado extramuros.

El Castillo de la Pura y Limpia Concepción de Monforte de Lemos mantenía, junto a su cuerpo militar y eclesiástico, gran cantidad de población presidiaria y de relegados, mano de obra venida desde todo el Virreinato del Perú para la construcción de los fuertes y castillos. Asimismo, coexistieron mujeres, mapuche y niños, apenas presentes en los documentos pero que, sin lugar a dudas, fueron parte esencial del funcionamiento de las fortalezas, como demuestran las excavaciones arqueológicas desarrolladas al interior del monumento, que muestran dedales, torteras y la impronta del pie de un niño/a sobre un ladrillo.

"Huairona" es palabra peruana que indica una roca donde se escondían para protegerse de las explosiones, algo obvio que evidencia el nombre de la calle ahora Martin Cermeño, "Antigua calle de las minas". Esta piedra hendida por la mitad, servía de refugio en las labores asociadas a las minas que aún persisten en sus orillas por el sector "Santa Clara". Lamentablemente, fue tronada mientras se construía la planta de tratamiento del Centro de Salud e internado del colegio, alrededor del año 2003, aunque aún puede observarse una mitad justo en el paso del estero. Es en este sector donde podría encontrarse la Fábrica de Ladrillos del siglo XVIII.

Estero nace en la propiedad de la familia Leal, colindante con el terminal de la micro 20 y cruza por la calle Conde de Castellar, bajando por la Villa Santa Clara, pasa por detrás del internado del colegio y por la propiedad Matamala, hasta desembocar en la Playa Chica, frente al Castillo y junto al Fuerte de Punta Piojo.

Durante 1774 el ingeniero irlandés Juan Garland inicia la construcción de las fábricas de ladrillo, localizadas "a medio tiro de cañón del Castillo", complementarias de las Fábricas Reales ubicadas frente a la ciudad en la Isla Teja. Con estos ladrillos se realizaron las obras de reparación de los castillos de Amargos, Mancera, Niebla y Corral.

"En virtud del particular encargo que V.S., se sirve hacerme en carta de 26 de mayo y reitera en 16 de junio, sobre que no pierda de vista el adelantamiento de la fábrica de ladrillo y teja en este puerto; quedó practicando en el día las más vivas diligencias para luego que entre el buen tiempo construir dos o tres hornos de dicho material en el puerto de Niebla, a medio tiro de cañón del mismo castillo, en donde he hallado greda de superior calidad de cuyo progreso avisaré a V.S., puntualmente conforme haya ocasión, asegurándole desde ahora que si consigo el establecimiento en los términos que solicito y conviene por su inmediación de que mediante esta nueva fábrica y la de la isla de Valenzuela, se acopiaron más que suficientes porciones del expresado material para el (...) de las obras inyectadas.
Dios guarde a V.S., muchos años como deseo. Mancera 10 de agosto de 1766. Juan Garland."

Para tales actividades se practicaban levas de vagabundos y se vaciaban las cárceles de todo el virreinato del Perú y la Gobernación de Chile, incluso sin esperar condena. Muchas veces se les destinaba a soldados una vez concluido su castigo (Medina, Cosas de la Colonia).

Los enfermos o inválidos debían ir a buscar agua al estero. Las condiciones de vida de estas personas eran severas, al punto que el mismo Garland solicita se le entregue siquiera cebada en mal estado del año anterior, para dárselas a los presos y de esta manera "no se desmayen en las faenas" (Cuadernos de Juan Garland, 1774).

Relatos orales recopilados en el marco de la investigación del Proyecto de Turismo Cultural 2002 y la habilitación de la Ruta de Turismo Cultural "Sendero Histórico La Huairona" en 2003, financiados por la Subdirección de Museos de la Dibam, realzaron el valor patrimonial de calles antiguas e hitos históricos aún observables en el poblado. Puntualmente, las antiguas minas localizadas en la calle Martín Cermeño (antigua Calle de las Minas para los vecinos), la piedra de La Huairona, un posible cementerio mapuche, todos intervenidos durante los años '60 y '70 con la construcción del internado, gimnasio y cancha de fútbol. Otros hitos a destacar son el Pedrero o Batería del Piojo, el fuerte de la Playa Grande conocida como "el foso español" y "boca del lobo" (primera bajada a la Playa Grande), la Avanzada del Molino, las antiguas calles que mantenían su trazado desde el siglo XVIII, como el "Camino Real" (actual calle de la delegación municipal), además de muros, pozos y cimientos que en mayor o menor grado se han mantenido.

"...Se ha construido en el castillo de Niebla un muelle de piedra cancagua deste dicho castillo hasta el paraje nombrado la Cruz en la desembocadura del río de Valdivia de más de mil varas de largo para que no falten los auxilios, cuando no puedan transportarse por mar y se ha construido en el mismo castillo un cuartel provisional de piedra cancagua asentada en el barro largo ochenta varas, y nueve de ancho para los trabajadores, y la tropa de su custodia, y otro contiguo de sesenta varas de largo de varas de tierra para solo la tropa cuanto venga mayor número de desterrados: se ha demolido la mayor parte de tierra para erigir el proyectado, para la cual se ha escavado una gran porción de terreno, aprovechándose la piedra cancagua útil que se ha escuadrado, y con la misma asentada con barro, se ha construido en la parte inferior del frente..." (Garland)

Límites del Castillo

Durante el año 1996, Marijke Van Meurs realiza una prospección de la localidad en el marco del Plano Regulador, descubriendo una serie de escaleras, estructuras y restos arqueológicos que no dejan ninguna duda del valor patrimonial del balneario. Superponiendo los mapas de Moraleda y Garland se ven claramente casas, sembradíos y pozos cuyos restos pueden ser pesquisados aun hoy en día.

De la misma manera, los límites originales del castillo se han visto vulnerados, ya que la entrada original está en el callejón frente a carabineros y, aunque el borde del foso se encuentra en zona de restricción histórica (ZCHR), es de propiedad de privados que no pueden construir o lo hacen de manera ilegal. Ante ello, se espera poder proteger y poner en valor el paño de terreno, ya que en lo concreto constituye un sitio eriazo, donde se junta basura y que es intervenido con remoción de tierras en su base, imposibilitando la investigación científica del perímetro original del Monumento.

Lamentablemente, algunos vecinos han percibido que los restos arqueológicos, lejos de agregarle valor a su propiedad, son amenazas para la construcción de cabañas, ocultándolos y destruyéndolos, infringiendo la Ley 17.288 sobre Monumentos Nacionales, saltándose los permisos municipales o las restricciones de la Dirección de Obras Hidráulicas, se construye en el lecho del estero, peligro inminente de desastre por inundación, derrumbe y tsunami.

En una localidad que apenas cuenta con áreas verdes y espacios públicos, el museo plantea el resguardo del estero y humedal de La Huairona, tanto por su valor ecológico como histórico, así como los esteros de La Plata, los restos de la batería de la Cruz, del Piojo, Pellero, y demás restos coloniales que son parte del sistema fortificado del estuario del río Valdivia y conforman parte del engranaje de los Castillos del fin del mundo.

Punta Santa Elena

 

 

 

 

 

Galería

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